Invertir en bienes raíces puede parecer un reto inicial, pero con la información adecuada, una buena estrategia y trabajo en equipo, es posible obtener resultados sorprendentes. Aquí te presentamos una guía práctica basada en experiencias reales que te ayudará a dar tus primeros pasos en el mundo de las inversiones inmobiliarias.
Uno de los principales mitos sobre la inversión en bienes raíces es que necesitas grandes cantidades de dinero para empezar. Sin embargo, puedes trabajar con herramientas como los préstamos FHA o financiamientos mediante bancos y prestamistas privados como los hard money lenders, que ofrecen flexibilidad para adquirir casas de inversión sin requerir capital propio elevado.
La clave está en entender que el dinero no siempre debe salir de tu bolsillo, sino que puedes apalancarte en recursos externos. Esto abre la puerta a oportunidades de inversión que de otra forma parecerían inalcanzables.
Un aspecto fundamental para avanzar en bienes raíces es invertir en tu educación. Participar en eventos de inversión, leer libros, escuchar podcasts y unirte a plataformas especializadas puede marcar la diferencia. Estas comunidades no solo brindan información valiosa, sino que también inspiran a tomar acción. Además, los eventos en vivo son excelentes para construir relaciones estratégicas con otros inversionistas y profesionales del sector, como agentes inmobiliarios y wholesalers.
Como muchos inversionistas comparten, salir de un evento con una mentalidad recargada puede ser el impulso necesario para iniciar proyectos o incluso formar nuevas sociedades.
Las mejores oportunidades no siempre están a la vista de todos. Conectar con wholesalers y agentes inmobiliarios te dará acceso a propiedades con gran potencial. Estas relaciones permiten obtener opciones para renovar (fix and flip) o mantener (buy and hold) propiedades que se ajusten a tus objetivos financieros.
Por ejemplo, los flips son ideales para quienes están iniciando en sociedad, ya que permiten evaluar compatibilidad en términos de trabajo en equipo y reparto de responsabilidades.
Formar una sociedad puede facilitar el manejo de proyectos más grandes. Es esencial dividir responsabilidades claras desde el inicio, como supervisar la construcción, negociar financiamientos o coordinar contratistas. Además, si ambos socios tienen experiencia en remodelaciones, pueden unir fuerzas para maximizar los recursos.
Por ejemplo, al trabajar juntos en un flip, un socio puede encargarse de las remodelaciones de la cocina y los baños, mientras el otro se enfoca en el techo y el exterior. Este enfoque ahorra tiempo y permite entregar proyectos en menor plazo, aumentando las ganancias.
No importa si tu experiencia es limitada o si crees que careces de los recursos iniciales. Lo importante es educarte, construir relaciones sólidas y dar los primeros pasos.
Recuerda que la prosperidad no llega conformándose con lo establecido. Busca herramientas, relaciónate con personas clave y, sobre todo, ¡toma acción!
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